viernes, 17 de septiembre de 2010

"Conocerte será mi gloria..."

Mientras el sol comenzaba a mostrar sus primeros rayos de luz, vino a mi mente este pasaje:

“Conozcamos al Señor y vayamos tras su conocimiento. Tan cierto como que sale el sol, él habrá de manifestarse; vendrá a nosotros como la lluvia de invierno, como la lluvia de primavera que riega la tierra” (Oseas 6:3)

Y entendí que necesitamos conocer al Señor profundamente, y como dice la Escritura “El Señor es el Espíritu” (2°Cor3:17), por lo cual, cuando decimos que debemos conocerlo podemos referirnos a conocer intimamente a la Persona Maravillosa del Espíritu Santo…como aconseja Oseas, debemos ir tras este conocimiento que más que un crecimiento intelectual es una experiencia personal con Él…un Encuentro íntimo…

Y hay una promesa dentro del llamado a conocerlo, “que así como el sol se muestra en el amanecer, así habrá de manifestarse el Espírtu de Dios”…y mientras siento el calor del sol en mi rostro y escribo, puedo comprender aún más el significado de esta expresión…Él Espíritu se dará a conocer cada vez más, al punto que sentiremos su “Calor” sobre nuestro ser…y llegará a revelarse tanto, que al igual que el Sol, al intentar mirarlo no podremos,porque su luz es verdaderamente intensa…no hay nada que pueda ocultarse a sus preciosos ojos…nada ni nadie..

Pero Oseas también describe que “Él vendrá a nosotros” y esto habla de un Encuentro cara a cara con Él…y “que lo hará como la lluvia de invierno y de primavera” referiéndose a la lluvia temprana y tardía tan necesarias para poder fructificar y levantar las cosechas cada año…y así es la experiencia de hallarlo a Él…será como una lluvia fina que viene del cielo para llavarnos a la fructificación anhelada…sólo el Espíritu Santo puede hacer que llevemos fruto en todas las areas de nuestras vidas…y esto hará que nos gocemos con Él y le sigamos conociendo,mucho más de lo que lo hemos conocido aún…

Te animo de todo corazón, a que puedas hacerte un tiempo para estar a solas con el Espíritu Santo “cada día” y podrás comprender lo que dice el profeta Jeremías, “que no se gloríe el sabio de su sabiduría, ni el poderoso de su poder, ni el rico de su riqueza. Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe de conocerme…afirma el Señor” (Jeremías 9:23-24)

Diego F.